Como parte del ejercicio han simulado dos misiones a la vez: interceptar un avión de reconocimiento adversario y no violar el espacio aéreo de otro país.
Los pilotos de la Armada de Rusia de la Flota del Báltico han practicado la interceptación de aviones espía enemigos en el marco de unos ejercicios navales, recoge la cadena militar Zvezdá.
Una característica de estos ejercicios fue que los pilotos realizaron la tarea en un espacio limitado y bajo la amenaza de cruzar, sin quererlo, las fronteras de otro país.
“La región [por lo visto se trata de Kaliningrado, enclave ruso entre Lituania y Polonia] es pequeña, tiene 100 kilómetros por 200 kilómetros, y por supuesto, no hay a dónde ir. Todos los Estados vecinos están cerca, con sus aguas territoriales. Al despegar, tenemos otra tarea, además de interceptar a un posible intruso, la de no convertirnos en violadores [de fronteras]”, comentó el piloto Dmitri Chashchin.
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