Una investigación científica sugiere que múltiples especies humanas arcaicas habitaron las Filipinas antes de la llegada del ‘Homo sapiens’, y que estos grupos pudieron haber estado relacionados genéticamente.
Investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, han descubierto que el grupo étnico filipino conocido como Ayta Magbukon tiene el nivel más alto de ascendencia denisovana en la actualidad, según un comunicado de la universidad.
Este grupo negroide que habita la península de Bataan, en la isla de Luzón, no lejos de Manila, tiene un 5% de ascendencia denisovana, lo que supone un 30-40% más que la de los montañeses de Papúa, que anteriormente eran considerados como la población actual con el nivel más alto de ascendencia denisovana, sugiere su estudio, publicado en la revista Current Biology.
Los denisovanos fueron descubiertos por la ciencia en 2010 con la secuenciación del ADN de dientes y huesos de dedos encontrados en la cueva de Denísova, en el sur de Siberia, en 2008. A pesar de la buena información genética, sigue siendo un misterio quiénes eran esas personas, ya que de ellos solo se han encontrado esos pequeños fragmentos de huesos y dientes.
Actualmente se sabe que se cruzaron tanto con nuestros antepasados, el ‘Homo sapiens’, como con los neandertales y, en consecuencia, los genes denisovanos, al igual que los neandertales, se encuentran en los humanos actuales. Sin embargo, entre los habitantes de partes de Oceanía la herencia genética denisovana constituye una mayor proporción del genoma que las huellas genéticas dejadas por los neandertales en los humanos modernos.
“Junto con el ‘Homo luzonensis’, recientemente descrito, sugerimos que había múltiples especies arcaicas que habitaban las Filipinas antes de la llegada de los humanos modernos y que estos grupos arcaicos podrían haber estado relacionados genéticamente”, sugiere el estudio.
Según los científicos, estos hallazgos combinados revelan una historia compleja y entrelazada de los homínidos actuales y arcaicos en Oceanía, donde distintas poblaciones insulares de denisovanos se cruzaron con humanos modernos en lugares y momentos diferentes.
“Algunos grupos, como los Ayta Magbukon, se cruzaron solo un poco con las personas que luego emigraron a las islas. Esa es la razón por la que los Ayta Magbukon retuvieron la mayoría de sus genes denisovanos y, por lo tanto, tienen los niveles más altos de esos genes en el mundo”, explicó Mattias Jakobsson, profesor del Departamento de Biología del Organismo y coautor del estudio.
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