La empresa francesa de desarrollo y distribución de videojuegos Ubisoft, conocida por su popular franquicia ‘Assassin’s Creed’, se enfrenta a un panorama gris tras unos resultados de ventas decepcionantes y caídas a niveles mínimos en una década de sus acciones, lo que ha suscitado dudas sobre su futuro.
Uno de los principales factores que afectan los números de Ubisoft es el retraso de los lanzamientos de videojuegos clave, recoge Bloomberg. La semana pasada, la empresa anunció que su última entrega ‘Assassin’s Creed Shadows’ se ha retrasado 3 meses, hasta el 14 de febrero de 2025. La decisión se debe a la necesidad de finalizar el juego tras el decepcionante lanzamiento de ‘Star Wars Outlaws’, el otro gran proyecto de la compañía. El juego, basado en la emblemática franquicia de ‘La guerra de las galaxias’, fue recibido con críticas dispares y obtuvo unos pobres resultados de ventas, lo que supuso un golpe inesperado para la empresa.
Asimismo, Ubisoft ha rebajado sus previsiones financieras para el año fiscal 2024-2025, y ahora espera que los pedidos netos ronden los 1.950 millones de euros (2.154 millones de dólares), una cifra significativamente inferior a las previsiones anteriores. La reducción también se aplica a sus resultados del segundo trimestre fiscal: entre 350 y 370 millones de euros (386 a 408 millones de dólares), por debajo de los 500 millones de euros (552 millones de dólares) previstos anteriormente, según recoge CNBC.
Entre retrasos en los lanzamientos y reveses financieros, Ubisoft se enfrenta a una creciente presión de los inversores para que haga cambios drásticos. El inversor activista AJ Investments, que posee menos del 1% de Ubisoft, está presionando públicamente para que la firma francesa se venda a empresas de capital riesgo o a grandes actores del mercado, como el gigante chino Tencent, que ya posee cerca del 10% de la firma.
Problemas en la industria
Los problemas de Ubisoft reflejan tendencias generales en la industria de los videojuegos, donde muchos desarrolladores se enfrentan a los efectos de la inflación en los costes de desarrollo, la disminución del poder adquisitivo de los consumidores y la ralentización del crecimiento del mercado. Según la empresa de investigación Newzoo, esta industria crecerá solo un 2,1% en el 2024, aunque siendo superior al 2023, es significativamente inferior a la tasa de crecimiento registrada durante los años de la pandemia de coronavirus.
Además, la situación se ve agravada por el hecho de que los jugadores dedican cada vez más tiempo a entregas ya lanzadas en lugar de a nuevos productos. Por ello, los últimos lanzamientos no suelen alcanzar sus objetivos de ventas ni generar los beneficios esperados, asegura James Lockyer, analista del banco de inversión británico Peel Hunt.
“En los años que siguieron al coronavirus, el número de juegos lanzados al año ha crecido sustancialmente”, dijo Lockyer a CNBC. “Sin embargo, el aumento de la oferta, sumado al aumento del coste de vida, ha hecho que el dinero de los consumidores se reparta más, lo que ha provocado que los ingresos y el rendimiento de la inversión de esos juegos estén a menudo por debajo de las expectativas”, añade.
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