El #10YearsChallenge (el reto de los 10 años, en español) sigue conquistando la Red y acumulando cada día más usuarios, tanto personas comunes como celebridades e incluso políticos, que suben a sus perfiles fotos propias de hace 10 años junto con alguna imagen actual. Pero mientras la mayoría de los internautas se divierten recordando los viejos tiempos y compartiendo con sus seguidores los cambios en su apariencia, hay algunos que ven un lado oscuro en el desafío y perciben en él una nueva amenaza para su privacidad.
Así, la periodista y experta en estrategias digitales Kate O’Neil afirmó, en su columna en la revista Wired, que lo que a primera vista luce como un reto inofensivo podría haber sido lanzado y estar siendo utilizado por las grandes compañías para mejorar sus sistemas de reconocimiento facial o analizar la progresión del envejecimiento.
Desde la busqueda de niños hasta evaluación de seguros
La columnista ofrece varios escenarios de uso de estos datos. El más inofensivo e incluso útil –dentro del reconocimiento facial y específicamente de la capacidad de progresión de la edad– se encuentra en la búsqueda de personas y en particular niños desaparecidos. Así, el año pasado la policía de Nueva Delhi (India) informó que había rastreado en solo cuatro días a casi 3.000 niños desaparecidos, usando esa tecnología.
Al mismo tiempo, señala O’Neil, el reconocimiento facial y de la edad es probablemente aún más útil para la publicidad dirigida, que puede hacerse más relevante. Pero si bien la publicidad no parece implicar mucho riesgo para el internauta, existe también otra aplicación que en vez de facilitar su vida la complicaría.
Así, según la columnista, la progresión de la edad podría algún día influir en la evaluación de seguros y la atención médica. Por ejemplo, si tras analizar sus imágenes el sistema encuentra que una persona está envejeciendo más rápido que sus contemporáneos, le pueden imponer un mayor precio a su póliza o incluso negarla.
Otro riesgo para la privacidad podría radicar en el uso policial de las imágenes y del sistema cada vez más modernizado de reconocimiento facial. La policía podría utilizar la tecnología no solo para rastrear a personas sospechosas de haber cometido delitos, sino también a los que no están transgrediendo las leyes, como, por ejemplo, los manifestantes y otros individuos a quienes considere una molestia, afirma O’Neil.
Por su parte, uno de los potenciales beneficiarios del #10YearChallenge y su uso en sistemas digitales, Facebook, ha negado tener relación alguna con el reto. “Este es un meme generado por un usuario, que se volvió viral por sí solo”, aseguró un portavoz de la compañía. “Facebook no inició esta tendencia, y el meme usa fotos que ya existen en Facebook. Facebook no gana nada con este meme (además de recordarnos las tendencias de moda cuestionables de 2009). Como recordatorio: los usuarios de Facebook pueden activar o desactivar el reconocimiento facial en cualquier momento”, agregó.
Entre tanto, la periodista insta a los internautas a “ser más conocedores de los datos que creamos y compartimos, del acceso que otorgamos y las implicaciones de su uso”.
Y en opinión de José Antonio Bermejo, profesor del departamento de informática de la Universidad de Almería, las posibilidades para las fuerzas de seguridad podrían ser infinitas, ya que lograrían ver el cambio físico de las personas a lo largo de su vida. Cree que lo que preocupa más a la población son los errores que se puedan cometer a la hora de identificar a las personas y que los datos los utilicen compañías de riesgo en el sector bancario o asegurador.
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