Investigadores chinos desarrollan una tecnología que permite mantener a los pequeños satélites fuera del radar

Investigadores chinos desarrollan una tecnología que permite mantener a los pequeños satélites fuera del radar

Localizar y rastrear un diminuto satélite es difícil, incluso con un gran telescopio, pero algunas estaciones de radar pueden identificar de día o de noche en la órbita cercana a la Tierra un objeto tan pequeño como un bolígrafo. Un grupo de investigadores chinos reveló recientemente que desarrollaron una tecnología que permite que los pequeños satélites no sean detectados por los radares, informa South China Morning Post.

Los operadores de rastreadores suelen escanear el cielo con ondas electromagnéticas de diferentes frecuencias, que interactúan con una amplia gama de materiales para asegurarse de que no se les escapa nada. Según detallaron los científicos de la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de la ciudad de Nankín, su invento podría reducir la intensidad de sus señales en más de un 80%, haciendo que un pequeño satélite sea prácticamente invisible en la pantalla.

Los expertos explicaron en un estudio, publicado este julio en la revista Chinese Journal of Astronautics, que cubrieron un satélite con capas de materiales compuestos con una estructura de panal que absorbería las ondas de radar en todos los anchos de banda operativos conocidos. Además, añadieron una capa transparente de material de absorción de señales hecha con elementos de tierras raras a sus paneles solares, lo que reduce aún más la posibilidad de ser rastreados.

Aunque los materiales de revestimiento ya se han utilizado anteriormente en los aviones espía, el entorno extremo del espacio ha planteado nuevos retos. A diferencia de una aeronave, que pasa la mayor parte del tiempo en un hangar con clima controlado y cuyo revestimiento se inspecciona y mantiene con frecuencia, un satélite no se aloja en un lugar secreto y tiene que soportar repetidos picos de temperatura y el bombardeo de rayos cósmicos durante años.

Otro problema es el peso. Los especialistas chinos utilizaron una gran cantidad de plástico y papel para reducir el peso del material a unos 6 kilogramos por metro cuadrado, menos que la mayoría de los revestimientos de absorción tradicionales. Aunque solo tenía 3 milímetros de grosor, el escudo furtivo era físicamente lo suficientemente fuerte como para soportar golpes y dobleces, de acuerdo a los investigadores.

La tecnología antisatélite, como las armas láser de alta potencia, ha progresado rápidamente en los últimos años. Las constelaciones de pequeños satélites –incluidos los utilizados para las comunicaciones– se enfrentan a “amenazas cada vez mayores”, reza el estudio. “El desarrollo de satélites furtivos es de gran importancia para contrarrestar la detección y vigilancia del enemigo“, agregaron los científicos.

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