Concluyen que los animales evolucionan más rápido de lo que se creía

Concluyen que los animales evolucionan más rápido de lo que se creía

Un estudio sobre la evolución de las especies llevado a cabo entre 19 poblaciones de animales salvajes de todo el mundo ha concluido que el ritmo evolutivo es entre dos y cuatro veces “más alto de lo esperado”.

Por primera vez los científicos han medido la velocidad de la evolución de forma sistemática a gran escala. Para realizar los cálculos, el equipo utilizó los datos de seguimiento de cada una de las 19 poblaciones estudiadas durante un promedio de 30 años, incluyendo los análisis genéticos de múltiples ejemplares pertenecientes a distintas generaciones.

Los resultados de esta investigación, que recoge un artículo publicado en la revista Science el 26 de mayo, sugieren que “muchas especies pueden tener cierta capacidad para adaptarse a nuestro mundo cambiante”. En las muestras proporcionadas se ha confirmado que la selección natural “tiene el potencial de mitigar en parte los efectos del cambio ambiental actual”.

El primer autor del estudio, el biólogo Timothée Bonnet, de la Universidad Nacional de Australia, destacó que Darwin describió un proceso evolutivo increíblemente lento. Sin embargo, desde el siglo XIX se han identificado “muchos ejemplos de evolución darwiniana que ocurren en unos pocos años”, dijo el investigador, que citó como ejemplo el caso de la polilla moteada, un insecto muy difundido en Gran Bretaña.

Especies cambiantes

Antes de la Revolución industrial las polillas eran predominantemente blancas, pero la contaminación con hollín, que afectó tanto árboles como edificios, hizo que los ejemplares de color negro tuvieran ventaja sobre los blancos, puesto que a las aves les resultaba mas difícil detectarlos.

“Debido a que el color de la polilla determinaba la probabilidad de supervivencia y se debía a las diferencias genéticas, las poblaciones de Inglaterra rápidamente fueron dominadas por polillas negras”, recordó Bonnet.

Sin embargo, los investigadores no incluyeron este ejemplo clásico de adaptación rápida a las condiciones ambientales en su estudio y se enfocaron en distintas especies de aves y mamíferos silvestres, como el maluro soberbio, un pájaro insectívoro de Australia, las hienas manchadas de Tanzania, los gorriones cantores de Canadá y los ciervos rojos de Escocia.

“Necesitábamos saber cuándo nació cada individuo, con quién se apareó, cuántas crías tuvo y cuándo murió”, detalla el biólogo. Bonnet explica también que el volumen de los datos utilizados para la investigación equivalen a 2,6 millones de horas de observaciones de campo. Estas ‘biografías’ se combinaron con la información genética de cada animal estudiado “para estimar el alcance de las diferencias genéticas en su capacidad reproductiva”.

¿Se ha acelerado la evolución?

El equipo aplicó los métodos genéticos cuantitativos para relacionar las vidas de todos estos animales con sus genes y sacar conclusiones sobre los cambios evolutivos. Finalmente pudieron cuantificar el nivel de cambio experimentado por cada especie debido a las alteraciones genéticas, inducidas a su vez por la selección natural.

Los investigadores sospechan que el cambio climático aumenta el ritmo de este proceso, y pronostican que las innovaciones evolutivas sucederán cada vez más rápido. Sin embargo, como no pueden comparar el momento actual con ningún periodo pasado, no están en condiciones de afirmar que estas modificaciones ocurran más rápido que antes o que el potencial evolutivo sea más alto en la actualidad. Lo único que tienen claro es que los parámetros evolutivos actuales son más altos de lo esperado y que “la evolución es un impulsor mucho más importante de lo que pensábamos previamente en la adaptabilidad de las poblaciones a los cambios ambientales actuales”, resume Bonnet.

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