El yacimiento de gas de Groningen, en el norte de Países Bajos, fue cerrado oficialmente el viernes, después de que las autoridades aprobaran la interrupción permanente de las operaciones de perforación en el yacimiento para limitar los riesgos sísmicos en la región, informa Reuters.
La producción regular de gas en ese yacimiento finalizó en octubre de 2023 tras años de recortes para limitar la actividad sísmica vinculada a décadas de extracción, que ha dañado miles de edificios.
Shell y ExxonMobil, que explotan el yacimiento, han pedido a un tribunal de arbitraje que decida si el Gobierno neerlandés debe compensarles por obligarles aponer fin a la producción en el yacimiento de Groningen, que aún alberga enormes reservas y que en el pasado fue una de las mayores fuentes de gas de la Unión Europea.
Según Reuters, se calcula que la producción de gas ha aportado 363.000 millones de euros (385.000 millones de dólares) al erario holandés desde que comenzó la producción en los años sesenta del siglo pasado, mientras que los beneficios de Shell y Exxon en Groningen fueron de unos 66.000 millones de euros durante ese periodo.
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