China expone “la diplomacia coercitiva de EE.UU. y su daño”

China expone “la diplomacia coercitiva de EE.UU. y su daño”

EE.UU. es el “instigador de la diplomacia coercitiva”, afirmó este jueves el Ministerio de Exteriores chino en su informe ‘Diplomacia coercitiva de América y su daño’.

“Durante el último medio siglo, EE.UU. nunca ha dejado de dedicarse a la diplomacia coercitiva, pese a los grandes cambios en la estructura internacional. Desde las sanciones económicas al bloqueo técnico, y del aislamiento político a la amenaza de la fuerza, EE.UU. ha mostrado al mundo lo que es la diplomacia coercitiva con sus propias acciones”, se destaca en el informe. Como ejemplos, la Cancillería china citó las restricciones unilaterales contra Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia, Sudán y Rusia, así como el bloqueo tecnológico a Pekín en el ámbito de los semiconductores. Además, acusó a EE.UU. de aplicar sanciones secundarias, citando como ejemplo el caso de las empresas indias que cooperaron con Irán.

“Además de las sanciones económicas y financieras, EE.UU. es bueno en interferir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de otros países mediante apoyar guerras por encargo, incitar guerras civiles, proporcionar armas y municiones y entrenar fuerzas antigubernamentales para contrarrestar países y regiones ‘desobedientes'”, se desprende del documento. Añadió que, bajo la consigna de democracia y libertad, Washington provocó las “revoluciones de color” en Eurasia y la Primavera Árabe en Oriente Medio, así como promovió la Doctrina Neo-Monroe en América Latina, “gratuitamente llevando a cabo el acoso hegemónico y enviando un mensaje claro que quienquiera que obedezca, sobrevivirá, y quienquiera que lo desafíe, perecerá”.

Asimismo, el informe enumeró los medios de la diplomacia coercitiva de EE.UU. En la lista, figuran la hegemonía del dólar, que se usa para “ejercer presión e imponer sanciones a otros países a través de restringir los canales de financiación y las transacciones de remesas”; el control de comercio, que incluye restricciones de importaciones, exportaciones e inversiones, listas blancas y negras, aranceles sin tener en cuenta el derecho internacional y las normas comerciales internacionales; la llamada “jurisdicción de brazo largo”, que extiende la legislación estadounidense más allá de EE.UU., aplicándola a las entidades extranjeras. Según el documento, la diplomacia coercitiva de Washington es apoyada por su fuerza militar y expansión cultural y científico-técnica.

Consecuencias

El informe también subrayó que la diplomacia coercitiva de EE.UU. “pone en peligro a todo el mundo” en cuatro aspectos. En primer lugar, Washington distorsiona el tema de la paz y el desarrollo. “EE.UU., poniendo sus propios intereses en primer lugar, desprecia las necesidades urgentes de todos los países en el mundo para la paz y el desarrollo”, manipula las cuestiones ideológicas y establece “pequeñas camarillas”, reza el documento.

En segundo lugar, Washington perturba el proceso de globalización e integración regional. “Para mantener su hegemonía, EE.UU. se retira del patrón de cooperación global formado después de la Segunda Guerra Mundial y actualmente se ha convertido en el mayor disruptor de las reglas de la globalización”, señala el informe, agregando que la Organización Mundial de Comercio fue “paralizada” por la inacción de Washington, y la tendencia de la liberalización e integración global en los sectores de comercio e inversiones también “fue bloqueada y socavada por EE.UU.”.

En tercer lugar, imponiendo sanciones unilaterales, Washington perjudica los intereses económicos de los países que forman parte del BRICS (Brasil, Rusia, la India, China, Sudáfrica), así como el proceso de desarrollo sostenible de Estados como Venezuela, Cuba, Siria y Birmania.

En cuarto lugar, EE.UU. intensifica la división y el antagonismo entre la comunidad internacional. En particular, Washington trata de obligar a otros países a adherirse a la llamada ‘alianza democrática’. Usando la crisis ucraniana, EE.UU. obligó a la UE y otros países desarrollados a imponer sanciones contra Rusia, forzando a los países en desarrollo a tomar parte. Washington también obligó a sus aliados europeos a imponer restricciones contra Irán. “Lo que EE.UU. ha hecho ha intensificado el antagonismo entre la comunidad internacional y ha aumentado el riesgo de que el mundo caiga en una nueva Guerra Fría”, concluye el informe.

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