El próximo 21 de noviembre se llevarán a cabo las llamadas megaelecciones en Venezuela, donde deberán elegirse la totalidad de gobernaciones (24) y alcaldías (335), además de 251 diputados de los consejos legislativos y 2.459 concejales municipales. Básicamente casi toda la estructura político-territorial venezolana.
Dicho evento puede verse como uno más de los tantos comicios que ocurren en Venezuela, pero la forma como están sucediendo los acontecimientos invitan a pensar que, a diferencia de los anteriores eventos electorales como el regional (2017), presidencial (2018) y legislativo (2020), en este podría volver el fervor político. Se espera la participación de un número importante de figuras y partidos de oposición que en aquellas oportunidades adoptaron una política abstencionista que les ha alejado de los espacios institucionales por varios años.
El nombramiento del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) en mayo de este año, donde han tenido cabida sectores radicales de oposición, como el nuevo rector principal Roberto Picón, fue el pistoletazo que dio inicio a un nuevo enfoque político opositor: importantes actores que habían acatado la línea abstencionista, como el excandidato presidencial Henrique Capriles, fueron entusiastas defensores de los nombres designados para el ente comicial y a partir de allí hicieron llamados a participar.
Frente a las críticas de sectores radicales relacionados con Juan Guaidó, que siguen escépticos, el nuevo directorio del CNE ha demostrado poseer dosis de autonomía, en la medida que decidió una fecha electoral diferente a la proclamada por sectores oficialistas y su vicepresidente inició una diatriba contra los medios y programas emblemáticos del partido de gobierno.
Picón mencionó recientemente los esfuerzos que está haciendo el nuevo CNE para eliminar las inhabilitaciones políticas que rigen contra líderes opositores, con el fin de que se animen a participar en el evento electoral. De hecho, ya hay varios de ellos en las listas de precandidatos.
El presidente del CNE, Pedro Calzadilla, ha confirmado que la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que llevó a la victoria a la oposición en 2015, ingresaría nuevamente en el tarjetón electoral, de donde salió debido a la no participación de los factores que la componían.
También el directorio se ha declarado contrario a la instalación de “toldos” en las inmediaciones de los centros electorales, lo que era una insistente demanda de toda la oposición debido al uso que le dio el oficialismo en el control de la votación y la participación electoral en acontecimientos anteriores.
Así, en los últimos días se ha presentado una cascada de decisiones en las que el gobierno cede ante demandas opositoras y la institucionalidad electoral profundiza en su papel de árbitro intentando generar credibilidad y condiciones.
De la misma forma, el presidente Nicolás Maduro anunció este lunes el fin de los protectorados, una especie de gobernaciones paralelas que designó en los estados donde el partido de gobierno perdió electoralmente. Otra cuestión denunciada constantemente por la oposición y sus electores.
Todo esto podría ayudar a descongelar el ambiente político venezolano.
La UE, EE.UU. y Canadá han reconocido estar dispuestos a revisar las sanciones, algo que desde 2018 había sido descartado con un enorme peso en la oposición radical.
Sin embargo, los sectores radicales de Guaidó aún deshojan la margarita y no han dado la luz verde a sus líderes regionales y locales para lanzarse a conquistar cargos de representación popular. Los partidos de oposición tienen una fuerte presión de dichos liderazgos, que se han venido quedando fuera de cargos de representación básicamente debido a la doctrina abstencionista.
Algunos sectores han decidido lanzar su propia plataforma para no depender de la decisión de las cúpulas partidistas, como el caso del actual alcalde del municipio Chacao (emblemático de la oposición), Gustavo Duque, que ha lanzado su propio partido, llamado Fuerza Vecinal, que ahora tendrá alcance nacional.
Mientras los líderes tradicionales opositores deciden, la oposición suma precandidatos de todas sus corrientes internas. Algunas están esperando el visto bueno de sus liderazgos para hacerlas públicas, mientras otros como Américo da Grazia ya la han promovido abiertamente.
Gobiernos “proabstencionistas” cambian el enfoque
Otros factores que ayudan a reactivar la política interna tienen que ver con el giro discursivo de gobiernos proabstencionistas para el caso venezolano.
La Unión Europea, que hasta el año pasado apoyó a Guaidó, respaldó solapadamente el golpe militar de abril de 2019 y se negó a participar como observadora en los últimos comicios legislativos y presidenciales, decidió enviar una comisión para estudiar su inclusión en la observancia del proceso electoral de noviembre.
La llegada de dicha comisión, el 6 de julio próximo, puede entenderse como el primer paso de los europeos para romper el hielo en cuanto a los deseos de participar, después que impulsaron el abstencionismo como modo de apoyar las líneas emanadas por el gobierno republicano de Donald Trump.
Así mismo, un comunicado conjunto entre los gobiernos de la Unión Europea, EE.UU. y Canadá, publicado a fines de la semana pasada, ubica como escenario único una salida negociada y electoral al conflicto venezolano. En el documento han reconocido estar dispuestos a revisar las sanciones, algo que desde 2018 había sido descartado por dichas fuerzas extranjeras, siempre con un enorme peso en la oposición radical.
Bajo este nuevo panorama, Guaidó creó hace un par de semanas una comisión que está viajando por EE.UU y Europa para discutir ‘con sus aliados’ la desmontada de las sanciones y posiblemente también la participación en las elecciones.
Mientras tanto, el partido de gobierno se prepara para los comicios.
Elecciones internas en el PSUV
Por su parte, el partido de gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha llamado a elecciones internas para escoger sus candidatos en un proceso democrático que no ocurría desde 2010, cuando fueron convocadas por el líder histórico Hugo Chávez bajo el lema “Con las bases me resteo”. Después de eso, las internas fueron demandadas por sectores del partido, pero no habían ocurrido hasta el presente evento.
Las elecciones internas podrían reentusiasmar a sectores críticos y apáticos del partido con el fin de recuperar el número de votantes de los tiempos dorados del chavismo.
La primera fase de las internas se cumplieron el fin de semana pasado, cuando las bases del partido postularon a unos 60.000 precandidatos en una jornada marcada por algunas sorpresas y también algunas denuncias.
Las decisiones actuales, de la oposición, el gobierno y el CNE, pueden impulsar la vuelta de las masas a la política, de donde se han venido retirando desde hace más de un lustro.
Dichas denuncias pueden ser vistas como una prueba de obstaculización democrática pero, independientemente de ello, dan cuenta de una abierta participación de diferentes corrientes internas y, además, de oxigenación de la participación chavista, lo que puede terminar siendo una fortaleza.
La segunda etapa se efectuará el 8 de agosto, fecha en que el partido oficial elegirá sus candidatos definitivos por medio de una elección de tipo universal, es decir, cualquiera registrado en el padrón electoral nacional, aunque no esté inscrito en el partido, podrá elegir los candidatos a gobernadores, alcaldes y representantes de consejos legislativos y municipales del partido de gobierno.
El sistema político venezolano ha contado con grandes porcentajes de abstención en las ultimas elecciones parlamentarias y presidenciales, llegando a cifras nunca vistas en el país (75 % y 54 % respectivamente). Aunque esto no anula ni quita legitimidad al proceso, sí da cuenta de un descrédito de la política y los representantes por parte del pueblo elector.
Las decisiones actuales, de la oposición, el gobierno y el CNE, pueden impulsar la vuelta de las masas a la política, de donde se han venido retirando desde hace más de un lustro.
Ociel Alí López
Es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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