La ciudad de Jersón, que actualmente se encuentra bajo el control de las fuerzas ucranianas, fue objeto este sábado de un ataque que dejó varios muertos y heridos.
Las autoridades ucranianas acusaron a las fuerzas rusas del bombardeo, situando en 7 el número de muertos y en 58 los heridos.
Por su parte, Vladímir Saldo, gobernador de la región de Jersón que se unió a Rusia en noviembre tras votar en referéndum, calificó el ataque de “bombardeo terrorista” por parte de combatientes ucranianos y de “provocación abominable con el objetivo obvio de acusar a las Fuerzas Armadas de Rusia”.
“De hecho, el perfil de las destrucciones muestra claramente que el bombardeo fue llevado a cabo por una unidad de mortero errante desde el norte y noroeste, una técnica vil y despreciable a la que recurren a menudo los combatientes ucranianos: realizar unos cuantos disparos y luego huir de forma cobarde del lugar, a menudo en un vehículo civil, para encubrir sus crímenes“, escribió en su canal de Telegram.
El gobernador indicó que “a los residentes de Jersón no solo los fusilan y meten en calabozos o los someten a depuraciones humillantes militares ucranianos, sino que también los movilizan por la fuerza y los lanzan al matadero en Donbás, y ahora también los exterminan con fuego de mortero”.
Saldo responsabilizó a los dirigentes políticos ucranianos de este nuevo bombardeo de zonas residenciales.
La parte ucraniana publicó un video de un proyectil que impacto en una calle de Jersón. Al analizar las imágenes, algunos expertos y medios señalaron que los globos de metal presentes, junto a los restos del proyectil, se corresponden con munición del sistema HIMARS suministrado a Kiev por EE.UU.
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