El “congelamiento” del conflicto en Ucrania no conducirá a la paz, afirmó la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, en un artículo publicado el pasado domingo en Frankfurter Allgemeine Zeitung.

De acuerdo con la ministra, en Europa se habla cada vez más del “cansancio” de Ucrania, y en este contexto se pregunta si el apoyo de Occidente a Ucrania “está llegando lentamente a su fin”. No obstante, declaró que el “congelamiento” de hostilidades “deja a Europa bajo amenaza” y “sería una oportunidad estratégica para que [el presidente ruso, Vladímir] Putin restableciera su influencia militar”.

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“El congelamiento del conflicto no solo significaría que Ucrania renunciara a la parte ocupada de su territorio y a las personas que viven allí, sino que también entregaría todo su territorio a la violencia continua de Rusia, al fuego de drones sobre Kiev, Odesa o Jersón”, aseveró Baerbock.

En este contexto, opina la ministra, Occidente respalda a Kiev no solo “por lealtad a un amigo”, sino también porque este apoyo “redunda en interés de nuestra propia seguridad”. Además, manifestó que, al realizar su operación en Ucrania, Rusia busca “un orden mundial de violencia imperial”, “en el cual el derecho internacional no es nada, el poder del más fuerte es todo y la voluntad de romper descaradamente las reglas es una ventaja estratégica”.

Según Baerbock, el congelamiento de hostilidades en Ucrania será “el congelamiento de la injusticia”. “Por ello, hacemos todo lo posible para que el pueblo ucraniano pueda defenderse de la violencia, la guerra y la injusticia”, concluyó.

A finales de noviembre, declaró que el interés por el conflicto militar ruso-ucraniano en Europa está disminuyendo considerablemente, calificando la situación como “fatal”.