Dos buques de guerra iraníes, el destructor Dena y el buque base Makran, regresaron este sábado al puerto de Bandar Abbás tras una circunnavegación que comenzó el pasado 20 de septiembre, en el marco de la cual viajaron a la Antártida por primera vez en su historia, informa la agencia Irna.

Los buques pasaron por las costas de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, y atracaron en Río de Janeiro, lo que coincidió con el 120 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y el gigante latinoamericano. Se informa que han batido el récord de la distancia más larga cubierta por una flotilla iraní en aguas internacionales.

La misión fue felicitada por el comandante de la Armada iraní, Shahram Irani, y el líder supremo del país, el ayatolá Alí Jameneí. “Hago extensivas mis felicitaciones a las personas valientes de la 86ª flotilla de la Armada de la República Islámica de Irán, su misión naval grandiosa y exitosa”, señaló Jameneí, citado por Irna. Entre tanto, el canciller iraní, Hossein Amir Abdollahian, calificó el viaje de los buques a la Antártida de un “honor único y estratégico”.

Irán planea construir un portaviones “único en el mundo”

“La operación, junto con la navegación larga y profesional en mares internacionales, océanos y estrechos mostró la paridad de la autoridad y el poder marítimo de Irán con las potencias mundiales en las aguas abiertas del mundo”, añadió.

Además, la agencia Tasnim reportó este sábado que Teherán planea desplegar una flotilla en la región de forma permanente en un futuro próximo, lo que aparentemente fue uno de los principales objetivos de la misión de la 86ª flotilla. “La presencia en la Antártida es importante por varios aspectos científicos, legales y políticos, geoestratégicos y económicos, y en el futuro esta región será un tema importante en el ámbito internacional”, subrayó Abolfazl Saleh, director del Instituto de Estudios de Ciencia Marina adjunto al Instituto Nacional de Oceanografía de Irán.

Agregó que la importancia de la Antártida aumentará y el Tratado Antártico, que fue firmado en 1959 y estipula la desmilitarización del continente, es altamente probable que sea revisado debido a “los recursos abundantes de esta región, su importancia estratégica para la soberanía [de los países] del hemisferio sur y los problemas científicos insustituibles del medio ambiente”.