El bloque de diputados del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil, espacio aliado al nuevo presidente de la nación, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este lunes a la Justicia la detención preventiva del exmandatario Jair Bolsonaro, por sus presuntos ataques “contra la democracia”, informó el diario Folha.

La agrupación, una de las tantas que apoyaron la reelección del líder del Partido de los Trabajadores (PT), presentó un recurso ante el Supremo Tribunal Federal (STF), máximo órgano judicial del país que tiene abierta una investigación contra Bolsonaro por la difusión de noticias falsas que cuestionan el sistema electoral.

“Es necesario destacar, lamentablemente, la historia del expresidente Bolsonaro de difundir noticias falsas, con intención golpista: él, desde el inicio de su presidencia, ha ido construyendo el escenario actual que vivimos”, reza el documento.

“Entramos hoy al STF con el pedido de detención de Bolsonaro. ¡Sin amnistía!”, expresó el principal referente del PSOL rechazando la posibilidad de que se le perdonen sus supuestos delitos. El ahora expresidente está en condiciones de ser arrestado debido a que ya no cuenta con la prerrogativa del fuero.

El partido acusa a Bolsonaro por el “ataque a las instituciones responsables del proceso electoral, sumada a la total ausencia de un comunicado dirigido a sus partidarios reconociendo su derrota en las elecciones”.

De acuerdo a los aliados al oficialismo, estos hechos “demuestran innegablemente que Jair Messias Bolsonaro mantiene activa deliberadamente a su base radicalizada, que culminó en varios actos criminales y terroristas en todo Brasil, configurando una verdadera organización criminal contra la democracia”, señala el texto.

Además, la iniciativa solicita el levantamiento del sigilo telefónico y telemático del exjefe del Ejército para la búsqueda de pruebas y documentos, así como la confiscación de su pasaporte con el objetivo de evitar que, en caso de que regrese al país, pueda volver a salir.

Bolsonaro viajó el viernes, dos días antes de la asunción de Lula, hacia el estado de Florida, EE.UU., a bordo del avión presidencial. El líder de la ultraderecha brasileña no participó este domingo de la investidura de su sucesor, que accedió a su tercer mandato, ni reconoció firmemente la derrota en las elecciones del pasado 30 de octubre.

Sin embargo, el campamento de bolsonaristas instalado frente a la sede del Ejército, en Brasilia, para pedir la intervención militar del país frente a un supuesto “fraude” electoral, amaneció prácticamente vacío este lunes, informó la prensa local.