En un comunicado difundido por los medios, el Gobierno de EE.UU. le manifestó al de Colombia que de momento debe continuar la erradicación forzada hasta que se encuentre una alternativa para la sustitución de cultivos ilícitos.
Este pronunciamiento ocurre una semana después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, planteara durante una asamblea con campesinos cocaleros la necesidad de establecer un proceso de sustitución gradual de los cultivos de coca, conjunto con la siembra de otros productos, hasta que estos últimos fueran rentables, recoge El Tiempo.
En el texto, Washington advierte su preocupación porque se haga una “transición inmediata” de una “estrategia de erradicación forzada para controlar el crecimiento de cultivos ilícitos”, según El Nuevo Siglo.
En el escrito, que ha circulado en la prensa local, la administración de Joe Biden propone que haya “un programa de sustitución totalmente financiado y bien diseñado antes de pasar a la sustitución como medio principal de control de cultivos”.
La sustitución de cultivos, consagrada en el acuerdo de paz firmado entre el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tuvo pocos avances durante el mandato de Iván Duque, que era partidario de la erradicación forzada.
Récord de hectáreas de coca
En el escrito, EE.UU. asevera que deben usarse “todas las herramientas técnicas y financieramente viables para lograr el compromiso del presidente de prevenir el crecimiento del cultivo de coca”. A principios de año, el presidente anterior se comprometió a erradicar manualmente 100.000 hectáreas de coca.
Colombia batió récord de coca cultivada en 2021. La cifra de ese año, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), fue de 204.000 hectáreas, lo que implica un aumento de 43 %, con respecto a la cifra de 2020, que correspondió a 143.000 hectáreas.
En el texto, el Gobierno estadounidense también sostiene que “sigue trabajando en estrecha colaboración con Colombia para implementar un enfoque holístico para abordar los desafíos de la lucha contra las drogas”, lo que incluye “esfuerzos en seguridad rural integral, justicia y desarrollo, protección del medioambiente y reducción integrada de la oferta de drogas”.
Sustitución gradual
Hace una semana, el presidente colombiano, Gustavo Petro, habló sobre la forma gradual de sustitución de cultivos durante su participación en la Primera Asamblea de Organizaciones Cocaleras del Catatumbo (Norte de Santander).
“Se debe idear el programa para que los campesinos puedan cultivar aún hoja de coca mientras van plantando el cultivo sustituto, hasta probar que el cultivo sustituto funciona”, dijo el mandatario.
Esta propuesta está alineada con la política antidrogas que ha puesto sobre la mesa Petro desde su campaña electoral, que ha sido respaldada por EE.UU. en varias oportunidades.
Petro también ha manifestado que su política se enfoca en combatir a las grandes organizaciones responsables del tráfico de drogas, donde está el “capital del narcotráfico“, y no usar toda la capacidad del Estado en contra del “proletariado del narcotráfico” o los campesinos, que son las víctimas de “la mayor parte de la violencia en Colombia”.
Según su propuesta, el Estado colombiano podría comprar la cosecha de esos sectores desfavorecidos y marginados mientras se transforma la región donde viven para hacerla productiva de manera legal, lo que no implica que se permitirá la producción de cocaína.
En octubre de 2021, el Gobierno estadounidense planteó su “estrategia holística antinarcóticos” entre los dos países, cuyas líneas gruesas se centran en la “reducción de la oferta de drogas”, la “seguridad y desarrollo rural integral” y la “protección ambiental”.
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