Las playas de la costa sur del condado de Los Ángeles y del condado de Orange, en California, EE.UU., fueron cerradas el 31 de diciembre debido a un derrame de casi 26 millones de litros de aguas residuales y sin tratar en el Canal Domínguez, informan medios de comunicación locales.
Según funcionarios del ramo, una línea principal de alcantarillado falló el 30 de diciembre en la ciudad de Carson, lo que causó el vertido de aguas contaminadas. Algunos barrios se vieron parcialmente inundados, hecho que ha impulsado a los residentes a manifestar su indignación en las redes sociales.
“Esto es el derrame más grande en la historia del Distrito Sanitario del condado de Los Ángeles (…) y llevó al cierre del acceso al agua desde Long Beach hasta Seal Beach. Las organizaciones de rescate de la vida silvestre están esperando informes sobre la vida marina afectada”, tuiteó una usuaria.
1/2 This is the LARGEST spill on record for the L.A. County Sanitation Districts at an estimated 6-7 million gallons. It prompted closures to water access from #LongBeach to #SealBeach & wildlife rescue orgs are on standby for reports of affected marine life. 🎥 Cesar Casillas pic.twitter.com/ueauSDRETk
— Jessica De Nova (@abc7jessica) January 1, 2022
“A las personas afectadas por el derrame de aguas residuales en Long Beach, lamento que les haya ocurrido. Una forma terrible de empezar el 2022”, escribió otra.
Anissa Davis, funcionaria de salud de la ciudad de Long Beach, ordenó cerrar temporalmente todas las zonas de playa a lo largo de casi 11 kilómetros. Un portavoz del Distrito Sanitario del condado de Los Ángeles considera poco probable que el agua potable esté contaminada, pero se estudia la posibilidad de realizar pruebas.
Por ahora, las playas de Cabrillo, Point Fermin, White Point, Rancho Palos Verdes, Royal Palms, Seal Beach y Long Beach siguen cerradas hasta que las pruebas bacteriológicas demuestren que las aguas costeras sean seguras para los habitantes. También se canceló la septuagésima convocatoria de la ‘natación de osos polares’, que anualmente suele atraer a mucha gente a la playa Cabrillo, en San Pedro, para darse un baño entre el frío oleaje de Año Nuevo.
La supervisora del condado de Los Ángeles, Janice Hahn, instó al Distrito de Saneamiento a investigar los hechos y determinar la causa del vertido. “Un derrame de aguas residuales de esta magnitud es peligroso e inaceptable, tenemos que saber qué ocurrió”, dijo.
El equipo de inspección de calidad del agua del Departamento de Salud está supervisando la calidad del agua en las zonas de playa afectadas, y seguirá haciéndolo hasta que los resultados se ajusten a las normas estatales.
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