Cuáles son las implicaciones políticas de la extradición de Alex Saab a EE.UU. y a quién perjudica más

Cuáles son las implicaciones políticas de la extradición de Alex Saab a EE.UU. y a quién perjudica más

La extradición de Cabo Verde a EE.UU. del empresario colombiano y recientemente nombrado diplomático y miembro de la mesa de negociación por parte del Gobierno venezolano, Alex Saab, detenido en junio de 2020, da cuenta de un atentado contra el diálogo que transcurre en México entre el Ejecutivo de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, con la mediación del Reino de Noruega.

Es un atentado en tanto significa una nueva intromisión del Gobierno de EE.UU., horas antes de empezar una nueva ronda de negociaciones, país que argumenta que Saab hace negocios con el Gobierno venezolano para la compra de alimentos y considera esa razón suficiente para encerrarlo.

Hay algo que todavía no podemos comprender y se sabrá los próximos días. Nos referimos a si esta acción pertenece a un acto reflejo del poder del trumpismo en el Estado profundo o si es el Gobierno del presidente Joe Biden el que está detrás de esto.

Si bien el empresario fue un desconocido en la opinión pública venezolana hasta su captura en Cabo Verde, su extradición hoy pone a prueba la continuidad de la mesa de negociación con la que los venezolanos esperan lograr la normalización política y económica el país.

Hay muchos actores, especialmente conservadores y republicanos, así como el ‘lobby’ cubano y venezolano, que no están de acuerdo con la mesa de negociación y la consideran oxígeno para el Gobierno venezolano.

Si bien el Gobierno de EE.UU. ha dado algunas muestras tímidas de querer el diálogo, tampoco lo ha impulsado de manera entusiasta. Esto significa que, así como desde Washington se elevaron los grados de presión contra la administración de Maduro desde la proclamación de un interinato, desde esa ciudad también se puede, con mucha facilidad, dar al traste con los intentos de México que están apoyados por otros actores mundiales como la Unión Europea (UE), la Organización de Naciones Unidas (ONU), Noruega y varios países latinoamericanos, entre los que destaca el anfitrión, México.

Cabe destacar algo que simbólicamente tiene tremenda significación, que fue un tribunal de Florida quien llevó a cabo el pedido de extradición, el estado donde se encuentran los poderosos lobbies cubanos y venezolanos que rechazan las negociaciones.

A quién afecta

Lo primero que debemos advertir es que esta extradición no afecta en gran medida al Gobierno venezolano como tal, que solo va a tener un ‘socio’ en una prisión estadounidense. A quien sí afecta fundamentalmente y a quien paraliza políticamente es a la oposición venezolana.

Recordemos que la tercera ronda de negociaciones en México de hace algunas semanas terminó sin acuerdo puesto que el Gobierno venezolano exigió, a cambio de las concesiones que ha otorgado, signos importantes de la contraparte, especialmente en el área económica y las sanciones.

Que la extradición se diera a conocer horas antes del comienzo de la cuarta ronda en México no es mera casualidad: EE.UU. pateó la mesa justo cuando debía enviar alguna señal positiva para el avance del diálogo.

Lo que sucedió en esa ronda fue que quedó de manifiesto que la oposición en sí misma no tiene nada que ofrecer en la mesa, puesto que la principal demanda por parte del Gobierno venezolano tiene que ver con la disminución o eliminación de las sanciones económicas, así como las retenciones de los activos del Estado venezolano por terceros países.

La delegación del Estado venezolano exigió que esos países, especialmente EE.UU., pusieran algo en la mesa para destrancar el juego, puesto que, de su parte, varios líderes opositores que estaban en el exilio ya hoy están haciendo campaña en las calles para disputar un cargo de elección popular en las venideras megaelecciones del 21 de noviembre, en las que se elegirán todos los alcaldes y gobernadores del país. Además, todos los partidos de la oposición han decidido participar, incluso aquellos que públicamente apoyaron presencialmente el golpe militar del 30 de abril de 2019, entre muchos otros acontecimientos de este tipo.

Hay que recordar también que a mediados del mes de septiembre, cuando un tribunal de Cabo Verde declaró improcedente la última apelación posible que tenía el empresario, el Gobierno venezolano lo designó como parte de su delegación para la mesa de negociaciones.

Es decir, este era un caso que estaba ya en la diatriba en torno a las negociaciones, y que su definitiva extradición se diera horas antes del comienzo de la cuarta ronda en México no es mera casualidad. Sencillamente, EE.UU. pateó la mesa justo cuando más bien debía enviar alguna señal positiva para el avance del diálogo.

Ahora habrá que esperar a ver cómo fluye una necesaria recomposición de los actores internacionales, a los que sí les interesa reoxigenar la mesa. Algo tendrán que poner en ella para retomar el cauce del diálogo.

Por los momentos, la oposición no puede avanzar en su nueva estrategia política pues todo su desarrollo depende fundamentalmente de las negociaciones.

La vía electoral opositora solo puede proseguir a plenitud bajo la aceptación del Gobierno venezolano, ya que el liderazgo opositor está inhabilitado o en el exilio luego de los sucesos del golpe militar del 30 de abril. Además, los que ya están en campaña electoral podrían ser inhabilitados, o hasta detenidos, como respuesta a la extradición, puesto que tienen varias causas legales abiertas.

Sin una mesa institucionalizada y activa, las condiciones electorales estarán en riesgo, y la nueva estrategia opositora, ‘postrumpista’, entrará en un momento de mayor incertidumbre y debilidad.

Incluso Juan Guaidó, que hace vida política en el país, y algunos miembros de la mesa como Freddy Guevara, que recientemente fue puesto en libertad, hoy podrían ser ficha de cambio por el propio Saab.

Sin negociaciones, el margen de acción de la oposición está seriamente limitado y más bien podría venir una nueva avanzada de medidas del Gobierno venezolano que lo ajusten mucho más.

Respuesta del Gobierno

La administración de Maduro respondió rápidamente, aunque es posible que vengan otras acciones de su parte.

Por un lado, anunció que no asistiría a la ronda de negociación que estaba a punto de comenzar en México, por lo que la continuidad de las negociaciones está en suspenso.

Por otro, encarceló nuevamente a seis de los exdirectivos de Citgo, una empresa petrolera venezolana radicada en EE.UU. Son venezolanos que tienen la ciudadanía estadounidense y que tenían casa por cárcel, después de estar en prisión, como un gesto del Gobierno venezolano para abrir el escenario del diálogo cuando apenas comenzaba la administración de Biden.

De no suceder nuevas reacciones que estén ubicadas en un terreno más electoral (inhabilitaciones, detención de candidatos o miembros de mesa, etc), el Gobierno venezolano demostrará que le interesa seguir consolidando el escenario electoral de la oposición a pesar de las agresiones de EE.UU. Pero como dijimos, sin una mesa institucionalizada y activa, las condiciones electorales estarán en riesgo, y la nueva estrategia opositora, ‘postrumpista’, entrará en un momento de mayor incertidumbre y debilidad, hasta tanto no se reinicien las negociaciones.

Ociel Alí López

Es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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