Las autoridades estadounidenses han anunciado la reanudación de las ejecuciones de prisioneros federales en el corredor de la muerte, después de que la orden pertinente fuera dirigida este jueves a la Oficina de Prisiones por el fiscal general de EE.UU., William Barr.
De este modo, el Gobierno de Donald Trump pone fin a una moratoria de 16 años sobre esta práctica. Desde 2010 se llevaron a cabo más de 200 ejecuciones en 14 estados del país, todas ellas a cargo de autoridades estatales. Las últimas tres ejecuciones a nivel federal tuvieron lugar en los años 2001 y 2003 (cuando estaba en el poder el republicano George W. Bush). Hasta entonces la última se remontaba al año 1963.
“El Departamento de Justicia defiende el imperio de la ley y le debemos a las víctimas y a sus familias avanzar con la sentencia impuesta por nuestro sistema de Justicia”, insistió Barr en el comunicado. “Bajo gobiernos de ambos partidos, el Departamento de Justicia ha buscado la pena de muerte para los peores criminales”, agregó el fiscal general.
En el documento Barr ordena que se programen las ejecuciones de cinco presos a la espera de la pena capital. Todos fueron condenado por infanticidio, entre otros delitos, y recibirán la inyección letal en la prisión federal de Terre Hute, estado de Indiana.
Indiana es uno de los 25 estados norteamericanos que permite la pena de muerte, siendo mayoría del sur como Texas, Arizona y Misisipi, entre otros. Los estados que no lo permiten —Nueva York, Míchigan, Massachusetts— se ubican principalmente en la parte noreste, excepto Washington y Nueva México. Además, cuatro estados tienen una moratoria autoimpuesta.
¿Quiénes serán los primeros cinco condenados?
Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, en Estados Unidos hay un total de 2.673 prisioneros que han sido condenados a la muerte.
Las ejecuciones de los primeros cinco presos han sido programadas para el periodo entre diciembre de 2019 y enero de 2020. La de Daniel Lewis Lee, la primera de ellas, ha sido fijada para el 9 de diciembre. En 1996 el acusado, miembro de un grupo racista, mató a una familia de tres personas, incluida una niña de 8 años.
Las otras cuatro personas en el corredor de la muerte que serán ejecutadas en este periodo son Lezmond Mitchell, que mató a una anciana de 83 años y a su nieta de 9; Wesley Ira Purkey, condenado por secuestro y asesinato de una adolescente de 16 años y por matar a una mujer de 80 años; Alfred Bourgeois, sentenciado por abuso y asesinato de su hija de 2 años; y Dustin Lee Honken, condenado por matar a tiros a cinco personas, incluidas dos niñas. Los reos serán ejecutados los días 11 de diciembre, 13 de diciembre, 13 de enero y 15 de enero, respectivamente.
Cada vez menos estadounidenses apoyan la pena capital
Los datos del Centro de Investigaciones Pew (think tank con sede en Washington) evidencian que el número de los partidarios de la pena de muerte está disminuyendo. Si en la investigación de 1996 este tipo de sanción fue respaldada por el 78 % de la población, en 2018 sus partidarios sumaban el 54 %. Entre ellos se encuentra el propio Donald Trump, que designó a Barr para el cargo de Fiscal General a principios de 2019.
El reciente anuncio de la Administración Trump fue condenado de inmediato por parte de sus opositores, que calificaron la decisión de Barr de “inmoral y profundamente imperfecta“, según tuiteó la senadora y posible candidata a la presidencia del Partido Demócrata en las elecciones de 2020, Kamala Harris.
This morning, the Department of Justice announced they would resume capital punishment. Let me be clear: capital punishment is immoral and deeply flawed. Too many innocent people have been put to death. We need a national moratorium on the death penalty, not a resurrection.
— Kamala Harris (@KamalaHarris) July 25, 2019
“Cuando yo sea presidente, aboliremos la pena de muerte”, prometió otro candidato demócrata, Bernie Sanders.
There’s enough violence in the world. The government shouldn’t add to it. When I am president, we will abolish the death penalty. https://t.co/otUrgpYQWK
— Bernie Sanders (@BernieSanders) July 25, 2019
Otra candidata demócrata a la carrera por la presidencia, Elizabeth Warren, también se sumó a la ola de indignación, alegando que no se debe permitir que “un sistema roto decida el destino de los estadounidenses encarcelados”. Según Warren, el sistema judicial del país ha cometido muchos “errores” en lo que se refiere a la pena capital, puntualizando que, en su mayor parte, los afectados son personas de color.
Our criminal justice system has a long history of mistakes when it comes to capital punishment—especially when it comes to Black and Brown people. We cannot let a broken system decide the fate of incarcerated Americans. I oppose the death penalty. https://t.co/ASCKO3k7ET
— Elizabeth Warren (@ewarren) July 25, 2019
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